Por obra y gracia de nuestra esencia, las mujeres somos capaces de gestar toda la vida, y cuando digo toda es Toda!
Poseedoras de un caudal inagotable de energía creadora, somos capaces de transformar en fértil cualquier terreno desértico y aún caminando por él descalzas, aprendemos a re significar el penetrante ardor de una crisis, porque sabemos que ésta, nos viene a fecundar, desafiándonos a engendrar un nuevo canto.
Una nueva posibilidad de dar a Luz y hacer brillar nuestra “capacidad reproductiva” preñándonos de absoluto merecimiento.
Dulce será la espera porque en esta etapa madura de la vida, de algo estoy muy segura, ya no existen más los dolores de parto ..ni de entuerto!
